¿Puede la AI ser una oportunidad para la evolución del gremio de la locución?

Afortunadamente, la iniciativa de varios grupos dentro del gremio para proteger los derechos de los artistas de voz se ha mantenido constante y activa. En 2024, SAG-AFTRA firmó un acuerdo para garantizar la compensación mínima y el consentimiento explícito del actor antes de que su voz sea clonada o reproducida mediante inteligencia artificial.


Uno de los hitos más significativos fue la huelga de los artistas de voz en la industria de los videojuegos—un sector de enorme impacto global—que duró once meses y concluyó con un acuerdo que garantiza el consentimiento informado antes de replicar cualquier voz con IA.

También podemos destacar los compromisos éticos de algunas plataformas fAIr, así como nuevas legislaciones adoptadas en California, como las leyes AB 1836 y AB 2602, que incluso contemplan el consentimiento póstumo para la reproducción de voces e imágenes de actores fallecidos. A esto se suma la creación de herramientas como AudioSeal, diseñadas para proteger legalmente las grabaciones de voz.


Estos son solo algunos de los múltiples esfuerzos que están en marcha.

Pero, ¿qué significa realmente este momento que estamos viviendo, desde una perspectiva más amplia?

A lo largo de la historia, los avances tecnológicos han amenazado —y en muchos casos eliminado— distintos oficios humanos.


Durante la Revolución Industrial, por ejemplo, desaparecieron cientos de trabajos manuales y repetitivos.

Posteriormente el trabajo de:  telefonistas, cajeros de banco, cobradores de peajes, agentes de viajes, proyectistas de cine. La lógica detrás de estas sustituciones es clara: se trata de tareas fácilmente automatizables.

Sin embargo, el trabajo de la voz y la locución aún conserva un alto componente humano. Como ocurre con otras expresiones artísticas, no puede reducirse únicamente a la ejecución técnica. Entender la diferencia entre un trabajo mecánico y uno con valor creativo y emocional es clave. Ese es precisamente el elemento que la tecnología no puede reemplazar: la dimensión humana.

Ahora, miremos diferentes escenarios en que los artistas específicamente se han visto amenazados por la evolución tecnológica:

  • El teatro temió la desaparición de la actuación en vivo ante la revolución de la industria del cine.

  • Músicos y cantantes sufrieron el temor de la eliminación de performance en vivo ante la evolución de la grabación del sonido y el desarrollo de la industria musical.

  • Cuando la fotografía se popularizó en la década de 1830-1840, muchos artistas pensaron que  la pintura, especialmente, el retrato iba a desaparecer porque las cámaras podían hacer lo mismo, pero mejor y más rápido.

  • Poetas y narradores temieron que su arte en vivo perdiera audiencia y relevancia.  Con la acogida de la radio masiva en Las décadas de  1920-1930.

Irónicamente, en todos estos casos, la tecnología no eliminó el arte: lo transformó y, en muchos casos, lo revalorizó. 

Escuchar musica en casa es bueno, pero seguramente estarás de acuerdo en que nada se compara con asistir a un concierto en vivo, una obra de teatro o un recital de poesía. Porque estas piezas, momentos o muestras artísticas te brindan algo que no puede darte la tecnología; una experiencia.  

Un retrato fotográfico es útil y eficiente, pero un retrato hecho a mano por un artista profesional tiene un valor muy superior: por su técnica, intención y perspectiva única.

La AI nos obliga a redefinir el valor del trabajo humano

La evolución tecnológica enfrenta la capacidad humana con la automatización. Y cuanto más prolifera el contenido generado de forma masiva por AI, más se revaloriza lo hecho a mano. La relación es directamente proporcional.Si entendemos este nuevo panorama, podremos ver también la oportunidad que ofrece.


En el mundo de la locución y las voces, esa oportunidad está en perfeccionar lo que la AI no puede replicar: emociones, intenciones, silencios, acentos, confianza y vulnerabilidad.

El cambio ya comenzó

El 15 de julio de 2025, YouTube implementó una nueva política de monetización que desincentiva el contenido generado de forma masiva con AI, y prioriza el contenido con alto valor humano y creativo.


Lo mismo comenzará a ocurrir cada vez mas en el ámbito publicitario y comercial: las marcas buscarán voces reales, voces que generen confianza, emoción y conexión. Si entendemos este juego, veremos que este es el momento perfecto para hacer nuestro trabajo más humano que nunca.
Las respiraciones, los silencios, los matices y las imperfecciones se transforman en la partitura de una voz viva y de una voz que transmite verdad.

Las empresas verán la ventaja de usar una voz real. Es momento  trabajar activamente por la revalorización de la voz humana.

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